Descripción:
Las fracturas de meseta tibial representan alrededor del 1%, al 2% de todas las fracturas de huesos largos, en México la prevalencia de fracturas de meseta tibial es de 1.5%, las distribuciones por edad de las fracturas de meseta tibial siguen una distribución bimodal, con mecanismos de lesión de alta energía en adultos jóvenes, y baja energía en adultos mayores. En el año de 1979, Joseph Schatzker público su artículo y la clasificación de las fracturas de meseta tibial, la cual sigue siendo fundamental para el diagnóstico y determinar el tratamiento de las fracturas de meseta tibial.
Existe una importante relación de fracturas bicondilares con pérdida o disminución de los arcos de movilidad en la rodilla, según lo señalado por Warschawski las fracturas de meseta tibial representan una lesión que modifica la vida y que da algún grado de discapacidad permanente en la mayoría de los pacientes, existen varios factores relacionados con la evolución y la funcionalidad de los pacientes con fracturas de meseta tibial, en donde destaca, el índice de masa corporal, la edad, el tipo de fractura, el estado socioeconómico del paciente, la artrofibrosis de la rodilla que se presenta como secuelas de este tipo de fracturas, se presentan con disminución de los arcos de movilidad en la rodilla en el 3%1 al 18%, la artrosis postraumática es la principal secuela a largo plazo en pacientes con fractura de meseta tibia, la valoración funcional de los pacientes con tratamiento quirúrgico la realizamos con la escala KOOS la cual fue publicada en 1998, nos valora 5 variables, actividad de la vida diaria dolor, sintomatología, actividad deportiva y calidad de vida.