Descripción:
Se reconoce que las enfermedades transmitidas por alimentos (ETAs) son un problema de salud pública en todos los países aún en los desarrollados. La mayoría de estos padecimientos son producidos por microorganismos patógenos y toxigénicos. Se presentan como resultado del efecto tóxico producido por los metabolitos microbianos generados durante el crecimiento de los microorganismos en los alimentos antes de su ingestión (intoxicación estafilocócica y botulismo), otros mediante la ingestión de algunas células de los microorganismos patógenos (Salmonella, por ejemplo); otros por el contrario, necesitan la ingestión de un número elevado de gérmenes que esporulan en el tracto digestivo y liberan la toxina (intoxicación por Clostridium perfringens). Aunque los alimentos que con mayor frecuencia se involucran en los brotes de ETAs son de origen animal, se ha observado que los alimentos como las frutas y verduras también están participando como vehículos en brotes de ETAs. De hecho, en la actualidad se ha incrementado el consumo de frutas y verduras debido a que son consideradas como saludables y por su aporte nutricional al humano, sin embargo, correlativamente se ha presentado un incremento en los brotes asociados al consumo de frutas y verduras (Fernández E. 2000).
Los vegetales frecuentemente son consumidos crudos; desafortunadamente con una alta frecuencia estos productos no son sometidos a un tratamiento de desinfección eficiente que asegure la eliminación de los patógenos potencialmente presentes, en consecuencia, existe riesgo de infección con microorganismos patógenos a los consumidores.