Descripción:
Los mohos u hongos filamentosos tienen la capacidad de crecer sobre distintos sustratos provocando su
deterioro. Además, bajo condiciones favorables, diversos géneros fúngicos son capaces de producir
metabolitos secundarios tóxicos denominados micotoxinas. En la actualidad se estima que, a escala mundial, alrededor del 25% de los alimentos, tanto para consumo humano como animal, se contaminan
anualmente por hongos toxigénicos y micotoxinas. De estas, las aflatoxinas son de las más importantes por sus implicaciones para la seguridad alimentaria. La ingesta de dichas toxinas es perjudicial ya que provoca diversas alteraciones, cuadros patológicos y aumento de la mortalidad de los animales. También reduce la productividad del ganado al disminuir la cantidad de leche producida o al obtenerse leche contaminada con aflatoxina M1. Esto representa un riesgo importante para la salud humana ya que estas toxinas pueden mantenerse también en los productos derivados (como el queso o yogurt).