En las últimas dos décadas hemos sido participes y testigos de esta revolución tecnológica que ha caracterizado una economía más competida por el uso intensivo de la Internet y otras tecnologías basadas en la computación y la informática, así como en el incremento en los procesos de internacionalización de las empresas y las relaciones comerciales entre los países, los tratados de libre comercio, en un proceso de globalización cuyos efectos positivos y negativos aún no hemos explicado, pero que definitivamente, han fomentado, las transacciones comerciales, produciendo una presión sobre los países y sus empresas, en especial las pymes, que les demanda ser más competitivas, en todos los sectores productivos. Hoy en día los cambios por la globalización, los elementos bajo los que se rige cada país en la política comercial y económica obligan a que no solo como una sociedad, sino principalmente como individuos y organizaciones, estemos apegados a ser más competitivos en todos los ámbitos de la vida. Se debe de contar con una mayor cantidad de conocimientos, decidir con más información, usando metodologías más avanzadas tanto de procesos como de información y comunicación, así como de muchas otras habilidades específicas. Todos estos elementos nos hacen tener cambios constantes como personas y como organización, desarrollar otra cultura social y de trabajo, a evolucionar continuamente en busca de mejores y más eficaces formas de vida.