Descripción:
La mayoría de las aproximaciones para conocer la historia biológica de las poblaciones humanas antiguas a partir de material óseo, principalmente el cráneo, son realizadas mediante estudios antropométricos que caracterizan poblaciones por medio de variantes clasificatorias obtenidas a partir de distancias lineales. Las variables que se han utilizado son ángulos, distancias, índices cefalométricos y capacidad craneal, etc. que obtienen insuficiente información biológica de los individuos (Pucciarelli, 2008). Esto permitió que a principios de siglo XX se formularan posturas racistas, eugenésicas y tipologistas (Gould, 1996; Relethford 2009), que desacreditaron en cierta manera los estudios sobre estructura y variación morfológica humana.
La biología antropológica ha sufrido cambios en la metodología aplicada al estudio de la variación de las poblaciones, las cuales por lo general son analizadas a partir de estudios genético-moleculares. Actualmente, las nuevas tecnologías y metodologías han reivindicado la importancia del fenotipo humano como parte del estudio de la variación intrapoblacional e interpoblacional para explicar distintos fenómenos biológicos a partir de restos óseos.