La leche es un alimento de alto valor nutricional que durante largo tiempo se ha considerado como un alimento completo debido a sus constituyentes. Estudios recientes han demostrado que este alimento puede ser una fuente rica en compuestos con actividad biológica, principalmente en productos fermentados. Durante distintas investigaciones, se ha observado que la producción de estos compuestos biológicamente activos, se lleva a cabo durante la fermentación con bacterias lácticas, las cuales liberan pequeñas moléculas constituidas por residuos de aminoácidos. Algunas de estas moléculas proporcionan actividad biológica que puede formar parte de una alternativa como coadyuvantes en el tratamiento de algunas enfermedades, principalmente hipertensión y trombosis. Estas moléculas con actividad biológica reciben el nombre de péptidos bioactivos, están constituidos por una secuencia de aminoácidos, codificados e identificados, los cuales presentan funciones fisiológicas tales como: antimicrobiana, antitrombótica, opioide, inmunoestimuladora y acarreadora de metales o antihipertensiva, siendo esta última la función más estudiada (Baró et al., 2001).