El ciclamato y sus sales de sodio y calcio son considerados aditivos y han sido utilizados desde la década de los 50´s. Estos se usan como edulcorantes y se añaden a los alimentos como suplemento de la sacarosa, debido a que presentan bajo contenido calórico y un poder edulcorante mayor que este azúcar. Algunas veces se emplea en edulcorantes de mesa con la sacarina (Perez, et al., 2011). El ciclamato en el intestino, puede dar origen a la formación de la ciclohexilamina, compuesto tóxico, que podría provocar en algunas personas los siguientes efectos crónicos en la salud: cáncer de colon, alteraciones en la síntesis de hormonas tiroideas y atrofia en el hígado y riñón. Para determinar la presencia de estos compuestos en bebidas y otros alimentos existen diversos métodos, sin embargo, estos métodos son complejos, invierten demasiado tiempo en la determinación y usan productos costosos y tóxicos para el medio ambiente.