Descripción:
Tanto el enfoque de los derechos humanos como las constitución y leyes federales conciben a la familia como el motor o núcleo de la sociedad. Estas mismas fuentes sostienen que la familia es el espacio privilegiado para el desarrollo integral de las capacidades de los niños por su característica de brindar contención, afecto y cuidado (Tenenbaum, 2016). Sin embargo, algunos exponentes del control social, sostienen que la familia permite un control inmediato e íntimo sobre los niños y los adolescentes en el encuadre del hogar. Ninguna otra institución social es capaz de implementar el disciplinamiento a proximidad como la familia, razón por la cual es un agente privilegiado para evitar la desviación social. Tal escenario tiene gran trascendencia en las medidas de libertad ya que suponen la participación de las familias en el cumplimiento de la sanción judicial (Gottfredson, 1990).
Las familias pueden o no ser causas explicativas de la infracción adolescente. En caso de tener participación, estas son un factor más entre un conjunto de eslabones como lo pueden llegar a ser las relaciones entre pares, la deserción escolar, las drogas, la precariedad laboral, el acceso al empleo, el consumo material y cultural, la ostentación y el reconocimiento, la masculinidad, las armas, las decisiones impulsivas y la comunidad de residencia más popularmente conocida como "calle", "esquina", "parque", entre otros factores. Todos ellos y otros conforman, explícita o tácitamente, condiciones sucesivas en el tiempo hacia el campo del delito (Tenenbaum, 2016).