Descripción:
Esta tesis aborda la problemática de la discriminación desde lo estructural y la exclusión social que enfrentan las personas con discapacidad visual en la Ciudad de México, tomando a partir del estudio de caso a la Asociación Nacional de Masoterapeutas Ciegos y Débiles Visuales (ANAMACIDEVI). Se analiza cómo las prácticas sociales, políticas e institucionales afectan el ejercer sus derechos humanos de este grupo poblacional, así como su integración en la vida pública, educativa, laboral y social.
La investigación parte de la teoría de la estructuración de Anthony Giddens, quien propone que la estructura social y las prácticas sociales están en constante interacción y reproducción. Esta teoría ayuda a entender cómo las personas con discapacidad visual no solo son afectadas por la estructura social, sino que también participan activamente en su reproducción, a través de sus acciones cotidianas. Además, se utiliza como teoría sustantiva el enfoque de discriminación estructural de Patricio Solís, quien destaca que la discriminación no es solo un acto individual, sino un fenómeno colectivo sostenido por instituciones, normas y prácticas sociales generalizadas.
En el planteamiento del problema, se señala que, en México, según el Censo 2020 del INEGI, más de un millón de personas en la Ciudad de México viven con una discapacidad visual, pero enfrentan múltiples barreras para ejercer sus derechos, acceder a educación, empleo, salud y espacios públicos. Estas barreras son tanto físicas como simbólicas: desde la falta de infraestructura adecuada hasta los prejuicios sociales que los catalogan como ineficientes o dependientes.
En el marco conceptual, se exploran nociones fundamentales como discapacidad, exclusión social, normalidad, estigmatización y barreras estructurales. Se hace una revisión de la evolución histórica de la conceptualización de la discapacidad, desde su percepción como enfermedad en el paradigma médico tradicional, hasta el enfoque social actual, que reconoce la discapacidad como el resultado de un entorno no inclusivo.
La metodología del estudio es de carácter mixto, el enfoque cualitativo está enfocado en una comprensión profunda del fenómeno social desde la experiencia vivida de las personas con discapacidad visual. Se emplearon técnicas como la observación participante, entrevistas semiestructuradas y diarios de campo, que permitieron recoger testimonios directos de los miembros de ANAMACIDEVI, así como registrar el entorno físico, laboral y social en el que se desenvuelven. La guía de entrevista se diseñó para captar tanto aspectos personales como percepciones sobre la discriminación y la inclusión. Por otra parte, en el enfoque cuantitativo se analizó la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023 y la base de datos del Censo de Población y Vivienda 2020, estos datos permitieron, de primer momento, tener un acercamiento al contexto nacional y estatal sobre la población con discapacidad visual.
El caso de ANAMACIDEVI constituye el eje central del trabajo. Esta asociación, ubicada en la Ciudad de México, ofrece formación, apoyo y espacios laborales a personas ciegas o con debilidad visual. Fue creada con el objetivo de impulsar la autonomía, el empleo digno y el empoderamiento de estas personas. A través del análisis de testimonios y observaciones, esta tesis evidencia cómo la organización ha logrado generar un espacio de integración, solidaridad y construcción de identidad colectiva. Los miembros de la asociación narran experiencias de discriminación en el transporte, en el ámbito educativo, en el empleo y en la vida cotidiana. Sin embargo, también destacan cómo la asociación les ha permitido reconstruir su autoestima, adquirir habilidades técnicas (como la masoterapia), y encontrar sentido de pertenencia.
Los testimonios de los entrevistados muestran la complejidad de la exclusión social que viven. Se evidencian casos de discriminación en escuelas, dificultad para ser aceptados en trabajos formales, falta de accesibilidad en espacios públicos, y actitudes condescendientes de la sociedad. En sus palabras, muchas veces sienten que su existencia es invisibilizada o reducida a estereotipos negativos. No obstante, también se refleja el papel transformador de ANAMACIDEVI como espacio de resistencia y construcción de alternativas.
Es así que se llega a la conclusión que la discapacidad visual no es una condición puramente médica, sino que históricamente ha sido una construcción social reforzada por prácticas discriminatorias que impiden la participación plena de las personas en la vida social. Esto se pueden resumir en cinco tipos de barreras estructurales que afectan a las personas con discapacidad visual:
• Barreras de actitud: prejuicios, estigmas y estereotipos.
• Barreras de comunicación: falta de materiales accesibles y lenguaje inclusivo.
• Barreras físicas: infraestructura inadecuada.
• Barreras políticas: incumplimiento de leyes o falta de implementación de políticas inclusivas.
• Barreras sociales: pobreza, género, edad y exclusión sistémica.
Tener en claro la existencia de estas barreras estructurales ayuda a comprender que la integración de las personas con discapacidad visual debe ser explicado desde un enfoque de derechos humanos y desde la caridad o lástima. Esto implica generar políticas públicas incluyentes, garantizar el acceso a la educación, salud, empleo, transporte, en general, a una vida digna y así erradicar los prejuicios que marginan a este sector de la población.
Es por esto que, ANAMACIDEVI representa un modelo alternativo de inclusión social, donde se reconocen y valoran las capacidades de las personas con discapacidad visual. La asociación se convierte en un espacio de aprendizaje, empoderamiento y transformación.
La transformación social implica también una revisión de los conceptos de normalidad y capacidad. El cuerpo normativo, tal como se plantea en las sociedades capitalistas, tiende a excluir a quienes no se ajustan a los estándares de productividad. En este sentido, es indispensable construir una sociedad donde la diversidad funcional sea vista como parte natural de la condición humana.
Finalmente, la tesis propone que el estudio de la discapacidad visual desde una perspectiva sociológica crítica permite visibilizar la desigualdad estructural que la atraviesa. Reconocer a las personas con discapacidad como sujetos plenos de derechos, capaces de aportar a la sociedad, es el primer paso hacia su inclusión real. Este trabajo no solo aporta a la reflexión académica, sino que también tiene un fuerte compromiso ético y social al visibilizar las voces y experiencias de una comunidad históricamente marginada.