Uno de los mayores retos que debe afrontar cualquier artista, creador o gestor cultural, además de exponer su obra ante un público, es la de generar proyectos culturales para que sean susceptibles a la recepción de estímulos económicos para la promoción, valoración y difusión. En México, las instancias públicas encargadas de financiar actividades culturales, solicitan que la mayoría de los proyectos tengan un enfoque y una perspectiva de impacto social; que contribuya a la transformación de la sociedad desde una realidad específica del país, para que ayude directamente a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones o comunidades en donde va a ser aplicado. Este trabajo está enfocado en dotar a los artistas, creadores, gestores y promotores culturales, de herramientas, técnicas y metodologías para formular de manera adecuada proyectos culturales con herramientas de innovación, pero, sobre todo, con la capacidad para acceder a recursos y estímulos económicos. Bonet (2001) describe la gestión cultural como un concepto relativamente reciente que nace en España a partir de los años ochenta a raíz de los procesos históricos de transición política; es en ese momento que se comienza a construir una estructura sólida en el campo cultural. Esta revolución nace sin conocimientos o experiencias previas, por lo que se ha ido formando a base de experimentación y de configurar formas de intervención.