Descripción:
La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria crónico degenerativa que se caracteriza por poli artritis, la cual afecta al 1% de la población mundial y en nuestro país se estima que el 15% de la población la padecen, con una relación mujer: hombre 3:1. Constituye un problema de salud pública debido a que genera discapacidad física y aumento de la tasa de mortalidad por la afectación sistémica que produce principalmente a nivel cardiovascular. El diagnóstico es clínico mediante los criterios del Colegio Americano de Reumatología (ACR) y requiere un diagnóstico oportuno y tratamiento lo antes posible antes de que se presenten los cambios erosivos (antes de los dos primeros años de evolución). Se sugiere inicio de manejo médico con Fármacos Modificadores de la Enfermedad (FARMES), para prevenir el daño articular, preservar la integridad y la función y disminuir el riesgo de mortalidad cardiovascular. Las recomendaciones actuales a nivel internacional sugieren iniciar el tratamiento con esquema combinado de dos Fármacos Modificadores de la Enfermedad o incluso añadir un tercero, con evaluación de la respuesta terapéutica a las ocho semanas; sin embargo, aún existe la tendencia a establecer tratamientos con monoterapia que han demostrado ser menos eficaces. Como todas las enfermedades crónicas la Artritis Reumatoide requiere de un control estrecho con el objetivo de conseguir la remisión y obtener el mejor control de la actividad de la enfermedad y así evitar la progresión a largo plazo de discapacidad física o muerte, para lo cual se sugiere el monitoreo continuo del paciente mediante aplicación de instrumentos de medición validados internacionalmente que permitan identificar el estado clínico en base al grado de actividad de la enfermedad y la discapacidad física que produce, así como predecir el riesgo de mortalidad cardiovascular. Dichos instrumentos son el índice de actividad de la enfermedad DAS28 y el cuestionario para determinación de discapacidad física HAQ.