La violencia en el noviazgo es un problema de Salud Pública ya que genera serias consecuencias en las personas que experimentan dicha dinámica. En México, se reconoce la importancia de atender dicha problemática ya que se ha encontrado que, el 52% de mujeres de 15 años ya han tenido por lo menos una relación de pareja, donde a su vez, llegando a los 18 años el 77% presenta al menos una relación de pareja. Aunado a esto se ha reportado que desde los 15 años ya se presentan actos de maltrato por ambas partes de la pareja, donde el 76% de agresiones son principalmente psicológicas (Ramos, et al., 2017) Asimismo, se ha encontrado que solo 5 de cada 10 mujeres con edades de entre 12 a 19 reconocen comportamientos violentos por su pareja (Consejo Nacional de Población, 2014). Estos datos ponen de manifiesto el colocar el foco en el cómo comienzan y se desarrollan las relaciones afectivas de noviazgo en edades tempranas del desarrollo cuando recién empiezan a consolidarse este tipo de interacciones. La violencia en el noviazgo es definida como todo aquel acto de carácter físico, psíquico y sexual que puede perjudicar a la pareja, esto va desde el uso de la fuerza como el uso de la indiferencia para sobreponerse a la pareja. La adolescencia representa un proceso de transición que busca la autonomía del individuo, sin embargo, durante este proceso el sujeto está expuesto adoptar comportamientos que pueden ser perjudiciales para sí mismo y los demás, como puede ser la aprehensión de actitudes y creencias favorables de violencia como medio de sobrellevar los retos de una relación. Aunado a esto se reconoce que, como ente orgánico, el adolescente no está preparado para afrontar los impulsos emocionales que el contexto pudiera desencadenar, por lo cual esto suma más variables de riesgo para generar conductas violentas.