Descripción:
El TDAH, es el trastorno de neurodesarrollo más frecuente en un contexto clínico que inicia en la
infancia y prevalece en la adolescencia, con importante impacto funcional, personal y social. Se
recomienda por su efectividad, incluir los tratamientos cognitivo conductuales en el TDAH, sin
embargo, existen pocas adaptaciones de dichos tratamientos en adolescentes. En este contexto, la
investigación tuvo como objetivo principal diseñar una intervención cognitivo conductual sobre
las funciones ejecutivas en los adolescentes con TDAH para disminuir los factores asociados al
TDAH y promover la calidad de vida. El método del estudio se dividido en tres fases. Fase I: Se
realizo un estudio descriptivo con 2 adolescentes, para evaluar su inteligencia y determinar el nivel
de deterioro relacionado con el TDAH, así como la, sintomatología depresiva, ansiosa,
desregulación emocional y funciones ejecutivas con déficit. Para ello, se utilizaron diversas
herramientas, como la Escala de Breve de Inteligencia (SHIPLEY-2), el Inventario de Ansiedad y
Depresión de Beck (BDI-IA), la Escala de Dificultades en Regulación Emocional (DERS) la
Escala de evaluación TDAH-5 para niños y adolescentes (TDAH-5) y la Batería de Funciones
Ejecutivas y Lóbulos Frontales (BANFE-2). Los resultados mostrarón la presencia de síntomas de
ansiedad y depresión, desregulación emocional y déficit en funciones ejecutivas. Fase II: Esta
fase, de tipo descriptivo y no experimental transversal, se centró a desarrollar y validar la
intervención por 6 jueces expertos en la práctica clínica en el campo de la Psicología CognitivoConductual quienes tienen experiencia en investigación sobre el TDAH. Se utilizó un cuestionario
basado en el trabajo de Wolf. La intervención fue validada teóricamente, conforme a los objetivos,
numero de sesiones, técnicas y actividades. Fase III: Esta fase se centró en la implementación de
la intervención cognitivo-conductual en caso N=1 AB. Para evaluar los resultados antes y después
de la intervención, se utilizaron los instrumentos desarrollados en la fase I, así como autorregistros
dirigidos a medir atención, emociones, autoinstrucciones y relajación. Se observaron diferencias
significativas entre las puntuaciones pre y post test, lo que indica una relevancia clínica positiva.
Esta intervención resulta adecuada para abordar el TDAH en la adolescencia.