Descripción:
Durante muchos años se ha considerado que los Recién Nacidos no experimentaban el dolor por su incapacidad para verbalizar sus sentimientos y expresar su dolor. Así, criterios erróneos que se basaban en la suposición de que el sistema nervioso central no estaba desarrollado suficientemente para sentir el dolor, hicieron que no fuese valorado en el neonato. Es decir, las estructuras anatómicas encargadas de percibir, transmitir e interpretar el dolor se consideraba no funcionales y la respuesta del bebé ante los estímulos dolorosos fue estimada como escasa o reducida.