Descripción:
Uno de los grandes desafíos de la Organización mundial de la salud (OMS) es el desarrollo de conductas promotoras de salud que promuevan el bienestar y el desarrollo de la persona y con ello disminuir la incidencia de patologías que comprometen la vida,
como es el caso de las enfermedades crónicas no trasmisibles (Gaete, J., et. al., 2014). La carta de Ottawa (1986), menciona que la participación activa en la promoción de la salud implica; incrementar las opciones disponibles para que la población ejerza un mayor control de su propia salud y para que opte por todo lo que propicie la salud a través del perfeccionamiento de las aptitudes, a lo largo de su vida y en sus diferentes
etapas en las escuelas o en las organizaciones profesionales. (OMS, 1986)