Descripción:
El cáncer continúa siendo una de las principales causas de muerte en la edad pediátrica, con una incidencia anual aproximada de 12 a 14 casos por cada 100 mil habitantes, en menores de 15 años los tumores de SNC (sistema nervioso central), después de las leucemias, ocupan el segundo lugar en prevalencia entre los procesos malignos de la infancia, representando un 20% del total de los casos. A su vez, aproximadamente el 50% de los tumores sólidos de SNC corresponden en un 50% a los infratentoriales, un 20% ocupan la región selar, supraselar y/o diencefálica y el 30% restante ocupa áreas supratentoriales (Larrañaga, 2016 y Stiller, 2019). El tumor sólido extracraneal más frecuente en la infancia es el Neuroblastoma, diagnosticándose hasta en un 80% antes de los 5 años de edad, con localización más frecuente en abdomen, el Tumor de Wilms o nefroblastoma representa un 6.5 % de los tumores malignos sólidos del niño, siendo el tumor renal más frecuente en la infancia, con diagnostico más frecuente antes de los 4 años de edad. El rabdomiosarcoma representa el 7% en niños de 0 a 14 años, presentándose con mayor frecuencia en el hombre. Los tumores óseos malignos representan el 5.6% de los tumores, siendo los más frecuentes el osteosarcoma hasta en un 60% con localización predilecta por metáfisis de huesos largos y el sarcoma de Ewing en un 30%, seguidos de tumores hepáticos (más frecuentes en el periodo neonatal, en su mayoría malignos) y tumores de células germinales los cuales corresponden a un 2% de las enfermedades malignas en los niños, localizadas mayoritariamente en el ovario y testículo (Larragaña, 2016).
Los agentes quimioterápicos empleados en el tratamiento, son causantes de fiebre y neutropenia por su citotoxicidad, la cual dependerá del régimen empleado, en el caso de las neoplasias sólidas del 10 al 50% presentarán neutropenia de corta duración en la mayoría de los casos. A su vez la neutropenia es el diagnóstico de hospitalización más común en los pacientes pediátricos oncológicos, siendo el principal factor de riesgo para el desarrollo de infecciones, considerándose como conteo absoluto de neutrófilos (incluyendo células en banda) menor de 500/ mm3 en el paciente oncológico o en espera del descenso en las próximas 48 horas. La fiebre en neutropenia por su parte se define como la presencia de temperatura igual o mayor a 38°C por más de una hora (White, 2017).
Se ha observado que la replicación bacteriana se presenta en un lapso de aproximadamente 30 a 90 minutos, y con ello un incremento de hasta del 18% en la mortalidad a 28 días por cada hora de retraso en el inicio de la antibioticoterapia, demostrándose un mejor pronóstico cuando se inicia el manejo antibiótico durante la primera hora posterior al inicio de la fiebre, lo que se conoce como “HORA DORADA”. (Ornelas-Sánchez, 2018).