Descripción:
Grabar implica, incidir sobre la superficie de un material determinado al que se le llama placa, donde las imágenes se crean a partir de líneas y texturas. La estampa es el resultado impreso de esas placas grabadas, a partir de las cuales, se obtiene la posibilidad de reproducir la misma imagen cuantas veces sea necesario. De este principio derivan las primeras reflexiones desarrolladas en el presente trabajo.
Históricamente el grabado respondió a la necesidad de reproducir originales con eficacia (principalmente pinturas y dibujos) y, fue hasta finales del siglo XVIII, que comenzaron a plantearse posiciones menos utilitarias para esta disciplina, de las que se pretendía dejar de lado el vínculo con la estampación masiva, acercándola de lleno a todo tipo de artistas que, desde las particularidades del medio, dieron luz a un amplio desarrollo de propuestas creativas a lo largo del siglo XIX y XX.