El Complejo Oaxaqueño representa un melange de unidades litológicas proterozoicas metamorfizadas en facies de granulita, ampliamente expuesto en la porción central y sur del estado de Oaxaca; no obstante, la porción central es la más y mejor estudiada desde el punto de vista de su evolución petrotectónica. A la fecha, pocos estudios se han llevado a cabo con relación a su importancia económica, destacando aquellos relacionados a la exploración por uranio y grafito en las décadas de los años 1960’s y 1970’s por extintas instituciones como el Consejo de Recursos Naturales No Renovables (CRNNR) y posteriormente por el Consejo de Recursos Minerales (CRM), antecesores del hoy Servicio Geológico Mexicano (SGM). La creciente demanda de minerales-mena de Tierras Raras (REE) por parte de la industria aeronáutica, nuclear y de tecnología, entre otras, hacen necesaria la exploración por dichos commodities en aquellas regiones cratónicas donde se encuentren expuestas litologías afines a aquellas contenedoras de dichos elementos. China es la nación con el mayor número de reservas de REE en el mundo, lo que le ha permitido establecer un cierto monopolio respecto al mercado de las REE a nivel mundial; no obstante, existe un gran potencial en aquellas regiones cratónicas como las localizadas en Canadá, Brasil, Australia, por citar los de mayor relevancia, y para el caso de México, en los complejos metamórficos proterozoicos como los expuestos en la región de San Jerónimo Sosola, estado de Oaxaca. Las principales rocas huésped de REE corresponden a aquellas de afinidad alcalina o hiperalcalina, especialmente aquellas de tipo carbonatítico relacionadas a sistemas tipo rift. De las ocho unidades petrotectónicas del Complejo Metamórfico Oaxaqueño, reconocidas en la región de estudio, por lo menos tres de ellas, una vez practicados los análisis geoquímicos correspondientes, arrojan contenidos de REE, principalmente las de afinidad carbonatítica. Los elementos de REE más destacados localizados en las unidades de roca muestreadas corresponden, básicamente, al grupo de las LREE (Tierras Raras Ligeras), mostrando los mayores contenidos en Ce (Cerio), La (Lantano) y Nd (Neodimio) y en menor proporción valores en HREE (Tierras Raras Pesadas). El trabajo cartográfico y el muestreo realizado permiten vislumbrar cierto potencial para localizar un depósito de REE en la región, con la posibilidad de convertirse en yacimiento económico una vez que haya mayor exploración, trabajo detallado de campo y un muestreo intenso y sistemático, lo cual aminoraría, en cierta medida en el mediano y largo plazo, la dependencia de México a seguir importando este tipo de minerales estratégicos que la industria actual requiere.