Descripción:
El superar y afrontar el duelo por la pérdida de un ser querido, y en última instancia, la propia muerte, es un gran desafío para todos, especialmente cuando una persona ha experimentado una pérdida importante pero no puede despedirse adecuadamente según las costumbres y tradiciones como miembro perteneciente a un contexto social. Eso significa cambios emocionales, sociales, espirituales, físicos y en cierta medida económica, por lo que los rituales mortuorios juegan un papel importante entre los dolientes para compensar la vida en el proceso de reajuste y adaptación dentro de los ámbitos social y personal.
El propósito de este estudio es analizar las diversas dimensiones que constituyen la inteligencia espiritual como ritual emergente y su relación con el duelo derivado de los cambios en los rituales funerarios tradicionales en la cabecera municipal de Santiago de Anaya, perteneciente al Estado de Hidalgo.
Para ello, utilizamos un diseño de método mixto, aplicando herramientas cuantitativas (cuestionario en escala tipo Likert) y cualitativas (entrevistas semiestructuradas) a 30 dolientes por el COVID-19 en la cabecera municipal de Santiago de Anaya. El objetivo es realizar una verificación de triangulación mediante los métodos estadísticos para ambos tipos de estudio, para la investigación cualitativa se ha utilizado el ATLAS. Ti. 2024 y para la investigación cuantitativa el Statistical Package for the Social Sciences (SPSS), ambos paquetes estadísticos para el análisis de datos.
Las conclusiones del estudio se refieren a la percepción que tienen los dolientes de la Inteligencia espiritual como ritual funerario para superar el duelo, sobre la cual muestran poca claridad conceptual por falta de orientación sobre el tema y de un auto concepto positivo, basando en sus esfuerzos y sus capacidades en un estado crítico debido a la pandemia del COVID-19 suscitada en el mundo. La capacidad de facilitar estos desarrollos, lo consideran de gran relevancia para el crecimiento integral de los actores sociales.
Finalmente se proponen algunas orientaciones para potenciar las capacidades formativas de los dolientes en el trabajo del ritual.