Se ha encontrado que para los profesionales de la salud y especialmente los médicos, el tema de la muerte involucra un análisis complejo, porque engloba toda su actitud hacia el paciente; es muy difícil para ellos sostener una actitud serena y madura ante ella, cuando sucede ellos tratan de sentirse bien, y esto no es más que una forma de ocultamiento, un mecanismo de defensa ante el dolor que produce. Es de suponer que el personal de salud y el médico en particular es el profesional más íntegramente educado por, para y contra la muerte, vista esta como una realidad biológica, como un fenómeno humano y como un valor cultural. Sin embargo, no siempre es así y con frecuencia se refleja en la poca atención en los enfermos. La muerte es uno de los problemas esenciales del hombre, circunstancia frente a la que se presenta un intenso temor que más tarde le conduce a la ansiedad, de ahí las dificultades para que el personal de salud pueda enfrentarlas con serenidad. Sabiendo que la ansiedad nos empeora la calidad y el sentido de vida, que puede provocar alteraciones fisiológicas, psicológicas, biológicas, psicosomáticas, psíquicas, sociales entre otras, se plantea la siguiente pregunta de investigación