Descripción:
En la actualidad, es mayormente aceptado en los medios académicos y políticos que el crecimiento económico1, por sí solo, no es garantía suficiente para erradicar la pobreza, mejorar el bienestar y elevar la calidad de vida de todas las personas, aun cuando tal afirmación había sido planteada por los postulados del paradigma de desarrollo utilitarista antes dominantes, con el argumento de que estas condiciones de mejora serían posibles mediante el incremento del ingreso per cápita2 y el acceso a los bienes3 y servicios4.
Durante la década de los años 70´s del Siglo XX comenzó a observarse que, pese al rápido crecimiento en algunos países, había personas que seguían padeciendo problemas sociales como la escasez de los ingresos y la insatisfacción de necesidades básicas como la salud, la educación, la vivienda y la alimentación, sobre todo, en los países denominados en vías de desarrollo5, donde no lograban superar esta situación.