El siguiente trabajo aborda la relevancia de la educación de la sexualidad en edad preescolar dando promoción a lo emocional, además del papel que tiene la participación de las figuras parentales o la familia en la trasmisión de los conocimientos sexuales, mismos que son manifestados mediante hábitos, conductas o palabras y que guardan relación continua con los vínculos afectivos interpersonales, esto último forma parte de las potencialidades de la sexualidad humana descritas por Eusebio Rubio (1994). También se retoma la propuesta de D. W. Winnicott (1945/1999), sobre la maduración emocional del niño y su relación con el vínculo afectivo materno, auxiliado de las técnicas de cuidado y la experiencia instintiva del niño, permitiéndole integrar a su personalidad sensaciones corporales y factores ambientales que le conducirán hacia un verdadero o falso Self, el cual conforma su identidad, sentido de vida, y desarrollo emocional promoviendo la construcción de una sexualidad sana.