Descripción:
Introducción. Las infecciones nosocomiales se definen como “una infección contraída en el hospital por un paciente internado por una razón distinta de esa infección;” no sólo son un problema relevante de salud pública de gran trascendencia económica y social sino que además constituyen un desafío para las instituciones de salud y el personal médico responsable de su atención.
Operacionalmente, las infecciones que ocurren después de 48 horas del internamiento se consideran como nosocomiales. Conforme a la NOM-045-SSA2-2005 para la vigilancia epidemiológica, prevención y control de las infecciones nosocomiales, también se consideran nosocomiales las infecciones adquiridas por los neonatos que se infectan por su paso a través del canal de parto, las que se desarrollan en los 30 días subsecuentes a una intervención quirúrgica o que ocurren en el año subsecuente a la realización de una cirugía en la que se colocó un implante.
La importancia de la prevención de las infecciones nosocomiales radica en que estás se asocian con altas tasas de morbilidad y mortalidad, además que implica para los servicios de salud un incremento considerable en los recursos económicos utilizados.
En cuanto a la incidencia de infecciones nosocomiales, los datos son muy variables, la literatura reporta en Estados Unidos la infección nosocomial más frecuente en unidades de Cuidados intensivos pediátricos es la bacteriemia con una mortalidad atribuible de 16-35%, ocasionando una prolongación de la estancia hospitalaria de 24 días y un incremento en costo de hasta 4000 dólares por paciente.
En México se ha estimado que la frecuencia de infecciones en unidades hospitalarias varía desde 2.1 hasta 15.8%, con una prevalencia de bacteriemia de 7.3%.