Descripción:
Las fracturas de la extremidad pélvica ocurren, de acuerdo con lo reportado por el Centro de Documentación de la Asociación de Osteosíntesis (AO), más frecuentemente en pacientes de edad avanzada con osteopenia después de una caída de baja energía y en pacientes jóvenes que sufren traumatismos de alta energía.
La fractura de cadera es prevalente en la población anciana ocurriendo más del 85% de las veces en mayores de 65 años. Se ha estimado que en 1990 hubo 1,26 millones de fracturas de cadera en todo el mundo, cifra que se cree llegará a los 4,5 millones en el año 2050.
De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para el año 2006, los adultos mayores (≥60 años) representaban 5.3% de la población y se estima que dicha proporción incrementará significativamente (hasta 11.3%) para el año 2030 (3-4). En México, se estima que existe una prevalencia anual aproximada de caídas de 30%, en donde 10-15% resultan en una fractura.
En México, se estima que 168 mujeres y 98 hombres por cada 100 000 personas presentarán fractura de fémur proximal; significa que 1 de cada 12 mujeres mexicanas y 1 de cada 20 hombres mexicanos de más de 50 años sufrirán una fractura de cadera, este problema se agrava al considerar que cerca de 30% de los pacientes operados mueren al primer año por complicaciones o consecuencias de la fractura; del total que sobrevive 30% queda con alguna secuela funcional permanente, representando esto un trastorno social, cultural y económico. Para nuestro sistema de salud constituyen un problema serio por los altos costos que demanda el tratamiento de la fractura en sí y las probables complicaciones que se generan a la demora del tratamiento.
La incidencia de las fracturas del fémur proximal se incrementa con la edad en pacientes de sexo femenino y diversos factores de riesgo han sido descritos, tales como osteoporosis, sedentarismo, consumo habitual de alcohol y tabaquismo, entre otros.