La Sociedad Internacional de la Continencia (SIC) definió en 1988 a la Incontinencia Urinaria (IU), como la pérdida involuntaria de orina, de tal severidad que puede ser objetivamente demostrable y que constituye un problema higiénico o social para la paciente. Bajo este concepto, la IU tiene un triple enfoque: un síntoma relatado por la paciente y referido a la pérdida involuntaria de orina, en diferentes momentos y circunstancias y que se evalúa clínicamente a través del estudio del diario miccional; un signo que fácilmente aprecia el médico cuando la paciente, en la mesa de exploración y con la vejiga llena, pierde orina al realizar un esfuerzo y, un diagnóstico bien documentado cuando, a través del estudio urodinámico se observa salida de orina con la tos o el pujo, en ausencia de contracción del musculo detrusor. Esta última situación fundamenta lo que se denomina Incontinencia Urinaria Genuina de Esfuerzo (IGE). Más recientemente la Asociación Internacional de Uroginecología define a la IU, como cualquier pérdida involuntaria de orina, con el esfuerzo, o la tos, síntoma que debe presentarse varias veces a la semana en los últimos meses.