El presente trabajo constituye un primer acercamiento al análisis del papel que desempeñaban las vasijas con forma de perro en la Tradición de Tumbas de Tiro, a través del estudio de sus rasgos morfológicos, técnicas de manufactura y asociación con su contexto arqueológico. Es decir, realizar la interpretación de las diversas figuras zoomorfas de perros por su significado simbólico, en lugar de su representación puramente formal. En el mundo mesoamericano existió una estrecha relación entre los animales y los seres humanos; el perro fue muy apreciado al considerarse acompañante del hombre en diversas actividades de la vida cotidiana, sobre todo, por su papel como guía de los espíritus pertenecientes a los difuntos hacia el inframundo. Su representación es abundante en toda Mesoamérica, tanto en la pintura mural, la escultura, la cerámica, así como representaciones en los códices y fuentes históricas del siglo XVI. Además, es común la presencia de sus restos óseos asociados a contextos arqueológicos como parte de ofrendas en las tumbas, entierros y en algunas ocasiones, basureros domésticos.