Descripción:
Introducción: La Academia Americana de Pediatría, indica que el ruido es el mayor contaminante físico en las unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN). Se recomienda que los niveles sonoros continuos no excedan los 45 dB, dado que el exceso de ruido produce efectos adversos a corto y largo plazo como dolor neonatal, cambios conductuales y emocionales, así como alteración permanente en la percepción neuroanatómica del dolor.
Objetivo: Asociar la intensidad de dolor en el neonato con los decibeles emitidos en el servicio de Neonatología de un Hospital de segundo nivel.
Metodología: Estudio con enfoque cuantitativo, diseño observacional, transversal y analítico. Por cada turno y servicio se determinaron los dB con un sonómetro en el ambiente y en las fuentes generadoras de ruido. Se aplicó la escala para evaluar el dolor neonatal (NIPS) y se analizó su relación con las fuentes que superan los 45 db, utilizando el programa STATA v.14.
Resultados: En todas las evaluaciones de los 3 turnos se superaron los 45 dB (rango de 60–70 dB en promedio). Se registraron menores decibeles promedio en la UCIN y mayores en el cunero de bajo riesgo durante el turno nocturno. Respecto a la asociación entre ruido y dolor, se observó que el llanto y la expresión facial fueron los patrones alterados más frecuentes.
Conclusión: No se observó relación de lo dB con el dolor, aunque el nivel de conciencia se encontró alterado en los servicios con dB superiores. En todos los servicios el ruido superó los 45 dB y las fuentes estructurales son las que producen ruidos continuos. Se requieren estudios longitudinales en mayor tiempo para evaluar los efectos fisiológicos a mediano y largo plazo.