Los salarios mínimos, vistos desde un enfoque económico representan un indicador de prosperidad o precariedad, para determinarlo este trabajo se situó en cuantificar el efecto de los salarios mínimos en la pobreza, el desempleo, la desigualdad, el nivel de precios y el tipo de cambio en México previo, durante y después de la desaparición de las zonas salariales. La visión del salario internacional y nacional permitió evaluar la estructura salarial determinando que pese a incrementos el poder adquisitivo del país tuvo una reducción. Por otro lado, se respondió a la pregunta ¿Qué impacto presenta la pobreza ante un cambio en los salarios mínimos? medida mediante el ingreso, como una aproximación del bienestar económico, hallazgo una relación inversa entre los salarios y el bienestar, es decir, a medida que el salario mínimo real se incrementa disminuye, en otras palabras, ante incrementos salariales la pobreza incrementa. Asimismo, se abordó el efecto de los salarios mínimos en el desempleo, permite identificar ¿Qué impacto tuvo el efecto de la desaparición de las zonas salariales en el desempleo?, ¿Cómo reacciona el mercado de trabajo de las zonas salariales ante un incremento en el salario mínimo? Se concluye que el empleo se concentra por igual en todos los estados, así como un salario mínimo más alto aumenta el desempleo. Asimismo, se sostiene que el empleo y el salario no dependen de la oferta y demanda laboral, es decir, los salarios ya están dados y no presentaran variaciones sin importar la cantidad de trabajadores o empleos disponibles. Por lo tanto, la pobreza no es consecuencia de los bajos salarios sino de la intervención del Estado. En resumen, podemos afirmar que un salario mínimo más alto aumenta el desempleo, por lo tanto, el estado es el principal generador del desempleo. En otro orden de ideas, el efecto de los salarios mínimos en la desigualdad, se propuso el Índice de Precariedad Económica, para comparar los avances y retrocesos, afirmando que la desaparición de las zonas geográficas de salario mínimo favorece el desarrollo económico, al afectar positivamente la distribución del salario mínimo, disminuyen la desigualdad e incrementa el empleo. En cuanto al efecto de los salarios mínimos en el nivel de precios, se identificó ¿Qué ocurre con el nivel de precios ante un cambio en las asignaciones salariales? concluimos a través de la estacionariedad en los datos, donde se presentaron rompimientos y permite evidenciar que los ajustes salariales no generaron cambios. Por lo que, se afirma que el salario mínimo no afecta el nivel de precios, contrariamente a lo que indica la teoría que un incremento en los salarios mínimos repercutirá directamente a los precios. Por último, se analizó el efecto de los salarios mínimos en el tipo de cambio para identificar si ¿Existe una relación estrecha entre el tipo de cambio y los salarios mínimos? El acercamiento teórico, conceptual y estadístico permite identificar que no se cuentan con los elementos necesarios para aceptar o refutar la hipótesis de investigación. Sin embargo, de forma indirecta hay una implicación económica que incentiva la inversión, la producción y el crecimiento. En términos sociales, es esencial considerar el impacto de las políticas de salarios mínimos en la calidad de vida de la población, especialmente en los grupos más vulnerables. Las decisiones sobre los salarios mínimos deben equilibrar cuidadosamente para enfrentar la pobreza, la desigualdad y el desempleo, mientras se evitan efectos negativos en el nivel de precios y el tipo de cambio. Esto implica un enfoque socialmente responsable en la formulación de políticas económicas que consideren el bienestar de la población. Lo anterior permite recomendar devaluación controlada y gradual de la moneda, un moderado incremento de la inflación, alrededor del 9%, una reducción de la tasa de referencia a aproximadamente el 5%, y mantener un salario fijo y uniforme de aproximadamente $250, mínimo por dos años, al corto plazo, para incrementar el poder adquisitivo, ceteris paribus. Con la finalidad de una mejora económica y de las condiciones de vida de la población, la cual no debe girar en torno a cambios en los salarios mínimos, sino en políticas monetarias y fiscales ad hoc.