La hipertensión arterial sistémica (HTA), es una enfermedad crónica que afecta a más de 600 millones de personas en el mundo, se coloca como un problema de salud pública en nuestro país, con una prevalencia de 30%. Los pacientes con HTA tienen afectación en su comportamiento desde el momento que se les informa que son hipertensos, mostrando deterioro en el área física, mental, emocional y actividad cotidiana. Desafortunadamente solo 5% de los pacientes solicitan atención médica ante el mal control de la presión y el resto es evaluado cuando presentan sintomatología vasculo espasmódica, situaciones que afecta de forma importante la calidad de vida (CV) del individuo. Cuando el paciente experimenta descontrol de la presión arterial, no le permite llevar una vida normal y puede favorecer el desarrollo de cierta discapacidad en su vida cotidiana que repercute en una mala CV.