Desde el principio de la vida, el ser humano se ha encontrado en diversas situaciones que han puesto a prueba su existencia. Así, con la finalidad de sobrevivir a los peligros que se han encontrado, los humanos desarrollaron diversos mecanismos de defensa, uno de los principales y mayormente utilizados fue la violencia. Ésta les permitía cazar, alimentarse, dominar o no ser dominados y subsistir en un mundo hostil. A partir de esta primordial capacidad, que ha sido de gran ayuda, los humanos han sido capaces de sobrevivir a los diferentes problemas que se encontraban a su paso. Con el correr del tiempo, dicha capacidad fue importante para el origen -o eliminación- de diversas sociedades, en el seno de las cuales esta característica ha evolucionado y modificado con el paso del tiempo. Mientras las distintas sociedades iban avanzando, ya no era necesario que el ser humano empleara esta capacidad para sobrevivir. El acceso a los distintos recursos para sobrevivir ya no fue tan complicado ni difícil como antes. Ahora uno puede ir a un supermercado para obtener la comida necesaria para subsistir y -además- ya no se tiene que pelear por un territorio ni por mantenerlo. De tal manera que la humanidad tiene ahora dos propósitos: trabajar y entretenerse.