Descripción:
El embarazo es un estado fisiológico que se presenta en la vida reproductiva de las mujeres. La duración de este proceso fisiológico es de 280 días, o 40 semanas contados a partir del primer día del último período menstrual. El embarazo o gravidez (del latín gravitas)
es el período que transcurre entre la implantación en el útero del óvulo fecundado y el momento del parto. Algunas complicaciones del embarazo pueden repercutir de manera directa el bienestar de la madre y el producto, propiciando un incremento en la
morbimortalidad materna y fetal 1.
A medida que evoluciona el embarazo, tiene considerable importancia el conocimiento preciso de la edad gestacional, dado que pueden aparecer varias complicaciones del embarazo para las cuales el tratamiento óptimo depende de la edad fetal. Por ejemplo, si se produce una patología agregada al embarazo a las 38 semanas, a menudo el tratamiento
más beneficioso para la madre y el feto es el parto. Sin embargo, si la duración de la gestación es de solo 28 semanas cuando aparece esta patología puede ser más beneficioso intentar un manejo conservador y retrasar el parto 1.
El embarazo suele dividirse en tres etapas, de tres meses calendarios cada una, o tres trimestres, dado que estos permiten identificar hitos obstétricos importantes. Por ejemplo, la posibilidad de un aborto espontáneo se limita principalmente al primer trimestre, mientras que la probabilidad de supervivencia del neonato nacido antes de término aumenta en forma significativa en embarazos que llegan al tercer trimestre 1.
Durante los tres a cinco días que tarda el óvulo fecundado en desplazarse por la trompa de Falopio y llegar al útero, se va dividiendo hasta convertirse en un grupo de células llamado blastocisto, que rodean una cavidad central. El blastocisto inicia el proceso de implantación en la pared del útero sobre el octavo día después de la fecundación y tarda aproximadamente
dos días en conseguirlo. Después, de la capa de células más interna del blastocisto surge el embrión, y de la más externa, la placenta y varias membranas. Una de ellas, la más externa, recibe el nombre de corion. La más interna se llama amnios. A los 10 días de la implantación, estas membranas se llenan de un líquido claro y todo el conjunto forma el saco amniótico,
cuya misión principal es proteger al niño, además de hidratarlo y permitirle el movimiento 2.