Descripción:
Se define como insuficiencia renal crónica (IRC) la pérdida irreversible de la función renal, independientemente de la severidad de la misma. Esta pérdida de función puede desarrollarse a una velocidad variable a lo largo del tiempo, es decir, con un ritmo de progresión variable, en función de la causa que la condicione, pero en general suele acontecer de forma relativamente lenta e insidiosa, la mayoría de las veces a lo largo de meses o de años. Esta pérdida progresiva de la función renal va a condicionar una serie de alteraciones metabólicas y endocrinas, sobre todo, que van a definir lo que se conoce como síndrome urémico y finalmente, en fases muy avanzadas, conducirá a la muerte del paciente si no se pone remedio. Es importante destacar que este síndrome urémico es común y aparece siempre, en función de la magnitud de la IRC, independientemente de la causa que condicione el daño renal, aunque en función de la enfermedad causante de la IRC puedan aparecer otros síntomas derivados de la misma independientes del síndrome urémico (por ejemplo: alteraciones hematológicas en los enfermos de lupus eritematoso sistémico dependientes de la presencia de auto anticuerpos).
Para el diagnóstico de la IRC únicamente es necesaria la medida de la función renal, detectando valores por debajo de los considerados normales, para lo que se utiliza la medida del filtrado glomerular (FG) renal, una vez descartadas causas reversibles que constituirían lo que se conoce como insuficiencia renal aguda. Esta medida de la función renal, algo compleja en su realización porque necesita la recogida de orina de 24 horas de forma precisa, se sustituye con frecuencia por la estimación del FG a partir de la creatinina sérica, utilizando fórmulas (Cockcroft-Gault, Nankivel y MDRD son las más utilizadas) que incluyen la edad, el peso y el sexo entre otros parámetros.