La carne es apreciada como un alimento nutritivo por ser fuente de grasa, minerales, vitaminas y proteínas de gran valor nutricional, además de sus buenas características organolépticas, es un componente esencial para el crecimiento y desarrollo del ser humano, por lo que ocupa un papel destacado en la dieta de los seres humanos (SEMERGEN, 2007). Desde hace 54 años, la población se ha preocupado más por seguir las recomendaciones nutricionales de los expertos de la salud, lo cual los ha llevado a reducir el consumo de carnes rojas (Arias et al., 2016), ya que se considera que son causantes de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, obesidad y diabetes; debido a su alto contenido de ácidos grasos saturados, colesterol y sodio (Dalle y Szendro, 2011).