El pleno dominio de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México dentro de la actividad económica del centro del país y su cambio a una actividad de servicios provocó una desaceleración en empleos industriales y un crecimiento en actividades del sector terciario, este proceso ha generado dos grandes cambios: la relocalización espacial de actividades económicas y la relocalización de población (García, 2010). La fuerte reestructuración de la Zona Centro de México (ZCM), ha transformado las relaciones funcionales entre las diferentes zonas, en estos casos es inminente el flujo e intercambio de bienes, servicios, y claro población, la cual al relocalizarse las actividades económicas y cambiar la dinámica de las ciudades enfrenta procesos como cambios de residencia, falta de infraestructura o altos costos del suelo que encarece el acceso a vivienda en los lugares de origen, así la falta acceso a ciertas condiciones de vida hace que la población busque alternativas asumiendo los costos de un cambio de residencia, ya que al moverse a otras ciudades de mayor tamaño y con infraestructura creciente aseguran educación, servicios de salud, servicios públicos de calidad, mayor seguridad; pero a su vez asumen en gran medida el hecho de buscar nuevamente un empleo o bien de trasladarse al trabajo que ya tenían, es así como la mayoría de desplazamientos actuales se realizan en busca de un empleo asalariado, (Recio, 2006, p 173), en general bajo la promesa de un mejor nivel de vida en la ciudad de destino. Esto genera la necesidad de moverse hacia los puntos donde se llevan a cabo las actividades diarias, y por ende el retorno al lugar de residencia al concluir dichas actividades (Susino, 2009). Son esos movimientos que implican el retorno diario o constante al lugar de residencia lo que esta investigación tiene como objeto de estudio que será englobado en el término commuting o movilidad cotidiana.