En sus últimos años, cuando Einstein trabajaba en el Instituto de Estudios Avanzados en Princenton, se preocupó y dedicó enormemente por hallar un marco conceptual que englobara su teoría general de la relatividad con el electromagnétismo. Aunque falló en su intento, la línea de pensamiento por él marcada quedo impresa en la ciencia y muchos físicos después de Einstein buscaron teorías unificadas que englobaran a las fuerzas fundamentales de la naturaleza. Así, la primera unificación con éxito se logró con la llamada teoría electrodébil, que unifica dos de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza: débiles y electromagnéticas. Para lograr dicha unificación, los científicos extendieron el concepto de simetría para incluir transformaciones que varíen de punto a punto en el espacio; conocidas como teorías de norma. En este nuevo formalismo una simetría de norma requiere la existencia de campos que representen a las fuerzas de la naturaleza, donde las interacciones se dan como el intercambio de partículas.