Descripción:
Los pacientes con trastornos mentales son enfermos crónicos, ya que su padecimiento no es curable si no controlable, lo que implica que estén utilizando los servicios e instalaciones psiquiátricas y en algunos casos los reingresos exceden a los que corresponden a la evolución propia de la enfermedad.
Algunos de los elementos que conforman la problemática psicosocial de los pacientes psiquiátricos son carecer de una red de apoyo social por la falta de relaciones interpersonales, la dificultad de establecer relaciones de pareja y el componente que puede ser conflictivo por la carga emocional de la enfermedad y que en algunos casos pueden derivar en crisis familiares.
Para la familia el enfermo mental es un integrante que transforma la dinámica familiar, que mueve los efectos en forma polarizada: por un lado puede tener una sobreprotección que lo hace sumamente dependiente y lo incapacita, y por otro, obtiene el rechazo total de la familia de tal manera que lo quiere asilar permanentemente en la Institución. Cuando existe un miembro de la familia con alguna enfermedad mental se observa una alteración importante en la relación familiar. Las características clínicas de estas enfermedades generan un gran número de situaciones negativas como dificultad para las relaciones familiares, empobrecimiento en la calidad de vida, aislamiento social que interfiere en el funcionamiento psicosocial, lo que genera el aumento en un factor adicional que angustia, tanto para el paciente como para su familia, llegando a ser considerado como precipitante de recaídas y rehospitalizaciones.