La planeación democrática es el elemento constitucional que promueve la congruencia y participación ciudadana en el diseño de políticas en materia territorial y urbana en México. Tal materia presenta resultados inadecuados a nivel nacional, lo cual afecta profundamente el nivel de calidad de vida de la población. La planeación correspondiente ha mostrado la integración de dicho elemento en forma variable conforme a cada administración federal; a partir de su aparición en 1983, como un elemento en favor de la participación ciudadana en el gobierno. Por otro lado, los avances en las ciencias sociales permiten cuestionar los resultados de la planeación centralizada, excluyente de la población, desconocedora del contexto de aplicación y sin congruencia a objetivos comunes. Frente a esto, se destaca el marco de la gobernanza, que propone impulsar el actuar gubernamental, al incluir elementos del contexto, actores, redes, transparencia, rendición de cuentas y orientación hacia objetivos en común. Ante ello, el empleo de la modalidad de la gobernanza urbana, se observa como un medio de fortalecer los procesos de generación de los instrumentos de planeación, con base en los actores involucrados, el contexto y sus necesidades objetivas. Con esto, se estudiaron diversos marcos de gobernanza en el mundo, así como aquellos normativos para las entidades mexicanas; proponiéndose una herramienta de mejora basada en procesos de gobernanza y en congruencia con los marcos jurídicos aplicables en el país, pero enfatizando en el caso del estado de Hidalgo; aunque pudiéndose emplear en otras áreas de planeación pública y espacios territoriales.