Descripción:
El exceso en la velocidad de los vehículos de transporte, el aumento en el número de motocicletas y la irresponsabilidad de los conductores llevan a los
hospitales y a clínicas a numerosos pacientes politraumatizados con fracturas graves expuestas (21), cada vez más complejas, que requieren de un tratamiento especializado, costoso y prolongado, que termina mermando los recursos de los centros asistenciales y de los pacientes. A pesar de los avances quirúrgicos en el manejo de las fracturas y el conocimiento de la prevención y manejo de las infecciones, las fracturas abiertas siguen constituyendo un problema serio de salud pública.
Estas lesiones requieren de un protocolo terapéutico especializado para:
• Prevenir la infección de la herida.
• Obtener la consolidación de las fracturas.
• Restaurar la función de la extremidad lesionada.
Debemos de ser conscientes que una fractura expuesta es una herida contaminada, que se debe desbridar en forma urgente, antes de que la infección “gane terreno”; que estamos frente a una urgencia quirúrgica inmediata y que existe una relación directa entre la presencia de infección, gravedad del trauma y el tiempo que se tarde en llevar al paciente al quirófano.
Estadísticamente las fracturas abiertas se asocian con grandes politraumatismos en el 30% de los casos; el hueso universalmente más afectado es la tibia (30-50%).