Descripción:
El exceso de peso corporal (sobrepeso y obesidad) es reconocido actualmente como uno de los retos más importantes de Salud Pública en el mundo, dada su magnitud, la rapidez de su incremento y el efecto negativo que ejerce sobre la salud de la población que la padece, y debido a que aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedades crónicas no trasmisibles1. En México la epidemia del sobrepeso y la obesidad es un problema de gran magnitud en todos los grupos de edad y experimenta una gran velocidad. En el ámbito internacional existe evidencia suficiente para establecer la contribución de estas condiciones al desarrollo de enfermedades crónicas y su carga potencial a los sistemas de atención a la salud. En los últimos años este trastorno ha aumentado a gran velocidad, lo que ha generado preocupación a nivel mundial, llegándose a considerar la epidemia del siglo XXI. México ocupa el segundo lugar de los países con mayor índice de obesidad en su población con 30%, superado sólo por Estados Unidos, con 33.8%. Los países con menor índice de obesidad son Japón y Corea, con 4%. Se sabe que 1 de cada 5 niños tiene problemas de sobrepeso. Ocupando México el cuarto lugar en obesidad infantil sólo superado por Grecia, Italia y Estados Unidos. El Programa Nacional de Salud 2007-2012 hace énfasis que de los estilos de vida poco saludables destacan la mala nutrición (alto consumo de calorías y grasas de origen animal, bajo consumo de frutas y vegetales), el sedentarismo, los cuales han dado origen a riesgos emergentes como el sobrepeso, obesidad, hipercolesterolemia, hipertensión arterial y diabetes mellitus2. Se considera a un niño obseso cuando su cuerpo está aumentado de volumen debido al exceso de grasa o si su peso rebasa en 20% el peso ideal para su edad, estatura y sexo. La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud; de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en población adulta el sobrepeso se define como un Índice de Masa Corporal (IMC) igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30. Los cambios significativos en los hábitos alimentarios, así como el aumento en el número o en el tamaño de las porciones de comida predisponen su desarrollo.