El presente trabajo deriva de una investigación de historia contemporánea sobre la religiosidad, en las dos últimas décadas, de la población de San Buenaventura Nealtican.1 Esta comunidad rural del Altiplano Central mexicano se encuentra situada a 20 kilómetros del cráter del volcán Popocatépelt, prácticamente la misma distancia que le separa de la ciudad de Puebla. La imagen que nos ofrece representa por sí misma una metáfora de su propia historia: la ubicación entre dos mundos. El volcán, centro del universo de los antiguos nahuas, nos adentra en las profundidades de esta cultura milenaria. En el lado opuesto, Puebla de los Ángeles, ciudad fundada por los españoles, encarna el símbolo de la colonización y evangelización del Nuevo Mundo, así como de la modernización e industrialización del país. A mitad del camino, entre estos dos puntos, en el llamado "Paso de Cortés” por ser la ruta escogida por el conquistador para llegar a la Gran México-Tenochtitlán, se asienta la comunidad de Nealtican. El análisis se desarrolla en el escenario de la modernización y crisis del México rural. Hay diversos indicadores que evidencian transformaciones en lo que se ha estado denominando "comunidades tradicionales". Se abordan los estudios bajo expresiones de aculturación, urbanización, descampesinización, globalización y secularización, por mencionar algunos términos. Ante tal panorama, la intención de este estudio es observar cómo se enfrentan los habitantes de estos contextos a la metamorfosis acelerada actual, al cambio y del igual modo, al intercambio, al juego de fuerzas con el exterior. Esas negociaciones se llevan a cabo, asimismo, con su pasado, con su memoria colectiva.