En la actualidad, existen relaciones entre trabajadores que han generado un ambiente de acoso laboral y hostigamiento sexual, éste fenómeno no ha sido únicamente teórico social, se ha convertido en una realidad de miles de trabajadores, quienes se desempeñan en un ambiente hostil y peligroso por afectar aspectos psicológicos, laborales y sociales; a pesar de la existencia de varios protocolos y programas para prevenirlos, se espera brindar certeza jurídica a los servidores públicos de los distintos niveles dentro del gobierno. Por otro lado a pesar de los múltiples esfuerzos para crear normas y leyes mexicanas tendientes a proteger el derecho humano al trabajo, éstas no han sido suficientes para lograr el objetivo, porque se siguen vulnerando los derechos de los trabajadores por parte de superiores y compañeros en las distintas áreas de trabajo; sin embargo las víctimas de tales acoso laboral, no siempre los denuncian, por miedo a las represalias y a la indiferencia de las autoridades, quienes en múltiples ocasiones hacen caso omiso de las denuncias interpuestas. En tal sentido, uno de los grupos más vulnerables lo constituyen las mujeres porque son ellas quienes viven y sufren de hostigamiento, por lo general con peticiones de otorgar favores sexuales y si se niegan tienen la amenaza de perder su trabajo, circunstancia victimizante para las mujeres quienes prefieren perder el empleo antes de verse sometidas a una especie de prostitución disfrazada; con lo cual se atenta a la propia concepción de la persona, pues se ataca su dignidad al soportar humillaciones y vejaciones en el lugar de trabajo; este hecho en sí mismo es un acto de discriminación para las mujeres trabajadoras mermando su derecho a la equidad de género; es decir, gozar de los mismos derechos y privilegios ostentados por los trabajadores hombres.