Objetivo. Evaluar la calidad de vida relacionada con la salud y el género, en adultos mayores de 60 años, atendidos en el Centro Estatal de Atención Geriátrica Integral. Metodología. Se realizó un estudio observacional, analítico y transversal. Se les aplicó 3 instrumentos: WHOQOL-BREF, Índice de Katz y Valoración Socio-familiar, y un cuestionario para valorar los aspectos socio-demográficos y de salud a una muestra de 466 adultos mayores de 60 años. Resultados. De las 466 personas que participaron en el estudio, la media de edad fue de 70.77, el 71.46% fueron mujeres y 28.54% hombres, el 39.06% presentó pluripatología y el 44.85% polifarmacia. En cuanto a las enfermedades crónico-degenerativas el 26.39% no presenta ninguna. La patología más frecuente fue la hipertensión arterial presente en 49.74% de los participantes. El 56.87% presentaron un riesgo social bajo y 49.49% riesgo social intermedio, por otro lado, el 95.71% de los participantes son independientes en todas sus actividades básicas de la vida diaria. El 57.3% de los participantes tiene calidad de vida promedio, 41.63% calidad de vida alta y 1.07% calidad de vida baja y finalmente en el análisis multivariado destaca como factor protector la escolaridad para la calidad de vida promedio y baja y como factores de riesgo el no estar casado, la pluripatología, polifarmacia, el riesgo social intermedio y elevado, vivir en medio rural y la dependencia en una o más actividades básicas de la vida diaria. Conclusiones. Menos de la mitad de los encuestados manifestaron tener una buena calidad de vida y un poco más de la mitad manifestó estar satisfecho con su salud. Destaca que no hay diferencias por género en el puntaje global de calidad de vida, sólo por grupos de edad, observamos como la calidad de vida alta va descendiendo a mayor edad. Los resultados encontrados en este estudio son de interés para la salud pública, ya que si bien no pueden generalizarse por las características especiales de la población encuestada, debido a las coincidencias con otros estudios en México y otros países, nos permiten sugerir medidas preventivas para lograr una mejor calidad de vida en los adultos mayores, lo cual podría reflejarse en la mejora de programas de atención a los adultos mayores y al fortalecimiento de las redes sociales de apoyo.