El presente proyecto de intervención busca distinguir a partir del enfoque sistémico los lineamientos esenciales para la formulación de una política pública en seguridad alimentaria en el municipio de Tulancingo de Bravo. En este sentido, se expone cuál es la principal problemática, quién o quiénes la padecen y cuáles pueden ser las posibles alternativas de solución. La intención de este trabajo es contribuir al desarrollo de estrategias sistémicas en seguridad alimentaria a partir de un proceso participativo que promueva la innovación social a nivel local. Para ello, se utilizó como metodología cualitativa el pensamiento de diseño que abona al enfoque sistémico y cuyas herramientas promueven la participación de actores clave para entender mejor el problema y encontrar soluciones creativas al mismo; esta metodología se conformó por doce herramientas y cinco etapas: Alinear, Empatizar, Definir, Idear y Prototipar y Proyectar, que fueron adaptadas a partir de la combinación de los enfoques del Instituto de Diseño de Stanford (s.f.), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (s.f.) y Ashoka et al (2021). Para obtener la información del presente trabajo, las herramientas se aplicaron a expertos académicos y servidores públicos, así como a pequeños productores de hortalizas de la localidad de Santa Ana Hueytlalpan, zona de atención estratégica del municipio de Tulancingo de Bravo. Bajo este contexto, se identificó la venta al por menor y comercialización como sistema de actuación prioritaria, al encontrar que la demanda principal por parte de las horticultoras son mayores conocimientos sobre los mercados (precios, cantidades, exportación de productos, tipos de organización social para comercializar, entre otros), seguido de más espacios adecuados para incrementar la venta de los productos locales. Cabe destacar, que lo anterior resultará en un cambio positivo en otros sistemas como el de producción y de consumo. En este sentido, la intención es recomendar acciones que contribuyan a incrementar las ventas de las horticultoras, mediante una mayor vinculación con las universidades y los diferentes niveles de gobierno, a fin de diseñar bajo una visión multidisciplinaria, un programa permanente de acompañamiento y capacitación sobre la comercialización de productos, la promoción de más espacios públicos apropiados para la venta local y la realización de campañas para impulsar el consumo local de productos agropecuarios.