Actualmente las empresas llevan a cabo una función social, está dictamina que se debe retribuir a la sociedad la elección que tienen al seleccionar sus productos o servicios; por lo que las organizaciones implementan estrategias para lograr el cumplimiento de sus objetivos, buscando posicionarse en un mercado competitivo, los grupos de interés de las corporaciones exigen retribuciones, esto se debe a diversos factores como lo son: la globalización, problemáticas que estén aconteciendo con la sociedad, el no haber dependencia del sector público al ser las empresas más solventes, creación de valor en la compañía, así como el desarrollo de nuevas tecnologías, la presión existente por diversos grupos, hace que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) deje de ser una estrategia utilizada por los altos mandos de manera ocasional para convertirse en un eje fundamental de su planeación, la correcta ejecución de políticas en materia de responsabilidad social puede generar una ventaja competitiva importante para la entidad, por lo que la medición de los indicadores que la dirección establezca, resulta trascendental para la organización tener un buen control para poder diferenciarse de otras corporaciones en el sector, captando la atención del público, quienes retribuyen con la adquisición de servicios (Cano, Hernández & Arano, 2016).