En el centro de estas cadenas montañosas se encuentran los conventos de los Santos Reyes en Metztitlán y el de Santa María en Molango, construidos por miembros de la Orden de San Agustín, durante el periodo de evangelización. Especial participación en la construcción del convento de Molango, tuvo Fray Antonio de Roa. Con ayuda de los pobladores serranos, “el Santo Roa” diseñó y levantó el convento de Santa María. Durante los siglos xvi y xvii este conjunto conventual fue sede y base para la evangelización de toda la Sierra Alta; las misiones partían desde ahí hacia los demás poblados de la región. Caracteriza al edificio una bella espadaña que asoma al valle. Su campanario exento, llena el aire húmedo de la zona con el sonido metálico de sus campanas. El convento de los Santos Reyes, en Metztitlán ostenta una gran belleza interior. Sus retablos barrocos, únicos en la zona, han sido motivo de especial atención en nuestro gobierno. Su estabilidad y asentamiento se han visto en riesgo por encontrarse en un terreno que ha sufrido deslaves y hundimientos. Afortunadamente se encuentra estable.