Descripción:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) recomiendan que los niños inicien la lactancia materna en la primera hora del nacimiento y sean amamantados exclusivamente durante los primeros 6 meses de vida. De acuerdo a la OMS (2022) la lactancia materna es una de las formas más eficaces de garantizar la salud y la supervivencia de los niños, porque es el alimento ideal, es segura y limpia y contiene anticuerpos que protegen de muchas enfermedades propias de la infancia. Además, suministra toda la energía y nutrientes que un niño necesita durante los primeros meses de vida, y continúa aportando hasta la mitad o más de las necesidades nutricionales de un niño durante la segunda mitad del primer año, y hasta un tercio durante el segundo año. Sin embargo, casi 2 de cada 3 menores de 1 año no son amamantados exclusivamente durante los 6 meses que se recomiendan, una tasa que no ha mejorado en dos décadas. La decisión materna de amamantar al hijo está influenciada por muchos factores, los beneficios que tiene tanto para el niño como para la madre, promueven la lactancia materna, pero para no hacerlo también existen muchas causas de diferente origen como el apoyo familiar, el entorno social y el personal de salud (Novillo-Luzuriaga et al., 2019). Entre los factores relacionados con la suspensión de la lactancia materna exclusiva (LME) están: factores sociales, culturales, enfermedades, falta de información, así como falta de preparación por parte del personal de salud y el trabajo de la mujer (León et al., 2022). Debido a esto, en el presente estudio se abordarán estos factores asociados al abandono de la LME, principalmente los laborales, para conocer cuáles son y cómo se asocian.